Llamadas así, por tratarse de un muro de 52 kilómetros de perímetro que rodean el maravilloso Monasterio de El Escorial (Madrid), mandadas a construir por el Rey Felipe II en 1562 para proteger los lindes de esta octava maravilla del mundo, tal como es considerada.
Existe un precioso y escarpado sendero que bordea parte de estas tapias, todavía hoy muy bien conservadas, donde fuí a parar esta mañana fría y lluviosa del 1 de Mayo de 2012.
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